Por Ricardo Bernal
(poeta mexicano)
(poeta mexicano)
I)
Sale el sol.
Hay que jalarlo de los bigotes. Dicen que son sus rayos (quién sabe). Comienza
la jornada y yo sólo sé jugar. Yo sólo busco amigos en los rincones, me como
las cucarachas, hago todo lo posible para que no me regañen.
II)
El mundo es
de cristal y aluminio. Hay aristas y espinas y huesos. Huelo la luz, mis alas
crecen. Hay un duende detrás de cada objeto. Hola ¿soy dos? No, son dos tus
ojos que me miran. Afuera la lluvia cae, los ruidos se pelean con otros ruidos.
Y yo intento no dormir, intento no soñar.
III)
Soy un
fantasma. Atravieso las paredes, los ladrillos crujen y las ranas se callan
cuando entro. Algo buscaba y no me acuerdo. La luz se tiñe de otras luces, las
cosas se vuelven transparentes… así han de mirar los hombres.
IV)
¡Hágase la luz! El mundo cabe en la palma de mi lengua.
¡Hágase la luz! El mundo cabe en la palma de mi lengua.
V)
Piedras de
agua. Arrastro mi casa a cuestas y el mundo rebota entre las piernas. Los
guijarros del sol espían mis andares, adivinan mis pensamientos de comején. Las
avispas danzan, se precipitan en el azul de la palabra y yo las sigo: líquido
círculo cuadrado el universo.
VI)
Túneles
rojos: el infierno es una garganta muda. Brincar en los charcos de alquitrán
que coloreaba Dios cuando era niño. Sangra, sangrar el agua de la fuente: los
barcos son un bosque de navajas. Es difícil decir sangre, es difícil negar la
pureza de un exceso.
VII)
Y llegaron
los hongos parlantes con sus trajes de seda y escándalo. Perdí el mundo pero no
me importa. Un alarido de cuervos invisibles recortó mi silueta y la separó del
aparente cartón donde vivía.
VIII)
Un collarín
de promesas se convirtió en horca de dioses asustados. Alguien disfrazado de
nadie se acerca hacia estas fauces. Estoy loco en medio de la nada. Aquí los
mapas no funcionan. Aquí los relojes caminan en cámara lenta.
IX)
Morder morder morder morder morder morder morder morder morder morder morder morder morder morder morder morder morder morder morder morder morder morder morder morder morder… Y el cielo tan lejos de mis ojos.
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X)
Quedan muy
pocos pollos en el universo. Habrá que sustituirlos por palabras de niebla
intocable y dulce. Habrá que esperar otro big bang. Habrá que convertirse en
monstruo de sueños y torres putrefactas.
XI)
¿Cómo sabes
que yo soy yo? ¿Confías en mí desde antes de la primera eternidad? Soy
serruchos, antimateria, musgo consciente de sí mismo. Soy el rostro que
desaparece cinco segundos antes de que mires el espejo.
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Ricardo Bernal |
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