Por José Manuel Recillas
(poeta mexicano)
Se nos
deshace la tarde entre las manos
y apenas
comienza el sol sólo a doler,
sólo a
ponerse sobre el horizonte
como
sobre nuestras espaldas
la noche
aguarda su oscuro verbo levantar.
Se nos
quedó entre las manos ese último brindis
que no
sabíamos sería el postrero,
se nos
quedó esa larga conversación
sobre
Bach y el Museo Rosenbach,
tan
lejano uno del otro y tan deudor éste de aquél,
se nos
quedó temblando tu sonrisa como una bendición,
como si
nunca hubiese habido otra sonrisa
después
de la de Abbado
más que
la tuya.
Hoy de
seguro estás con él bromeando desde el podio,
tal vez
los dos sólo esperando que lleguemos los demás
para
empezar de nuevo el mediodía
con el
atardecer cantando entre las manos
no por
el viaje ni por la ausencia,
tú
siempre estás presente,
porque
hoy sembraste tu mirada de nuevo en esta tierra,
porque
hoy de nuevo,
de nuevo
te quedaste para siempre con nosotros.
20.agosto.2016
Ignacio Padilla (7 de noviembre de 1968 ≈ 20 de agosto de 2016) |
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