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APARECE
Antes del alba sus
manos traen el cielo hasta el muro de piedra
y en lecho de
madera abro los ojos que no abro
Su hábito solar su descalzo venir
estando aún dormida
con otros ojos vi
Tersa Teresa de las
metamorfosis
blanca es rosa su
piel roza casi su rostro
Detrás del respaldo
que no hay
ella misma es
respaldo:
Cara brazos
torso manos
sobre mi cabeza
Inclinada está:
Cúmulo de luz
Teresa bajo el velo negro en la tiniebla rémora
sus pies desde otro
plano
la vigilia previa
de atravesar
el curso de los
astros
e irrumpir
Tersa de las
meditaciones
En la tierra el
espanto:
Más que asombro
mantequilla líquida
penetrando
por no sé qué
resumidero
el cuerpo:
Seré una
alcantarilla en manos de Teresa
una fiebre de oro
de las llagas de Cristo
un cielo
desprendido del siglo dieciséis
una viuda oscilante un
dominico en ascuas
una familia
perseguida
y de cuatro maneras
germinará lo plantado:
Agua del pozo
Agua de noria sin
anegar el huerto
Agua de río o del
arroyo
Lluvia del cielo:
La humanidad de
Cristo desnuda tus pupilas
su tórax alanceado
aún gotea
Bañémonos Teresa en
esta rojedad
En la tierra el
espanto
Bañémonos Teresa
El espanto Teresa
Bañémonos Teresa en
esta rojedad
ESA OTRA VIDA
Ladeándose vadeando yendo sin rumbo
desde la almohada
ardiendo
densa fiebre habría
de bendecir
para todo
transformar
Ir de la lava de la
ira a la armonía de la flor
del hastío a la
alegría
de la indignación
al llano
previamente alzado
por Dios
cuando me eleva
mi llanto adereza
su mano
y cuelgan los
frutos
llagan:
El rosal donde
Cristo abre el ojo
de mi dolencia
La pócima de
ingredientes amargos
Con
grandísimo desatino
todo me daba
vueltas
Muy en lo alto
me observaba
postrada
dándome todo
vueltas
Ya el mundo nada
dice
pues allá donde
nadie ha pisado la luz
con ella doy
vueltas
y resuenan en mí
las letras
escondidas de su alfabeto
Mamá volátil y
encerrada
el mundo se me ha
ido
¿Acaso dudas que
vengo de la resurrección?
LAUDE
Mientras me
como esta manzana
Dios viene a
bendecirme
parpadeante
de sol
desciende
al vuelo
de la paloma
con su piel
su pelo
alborotado
y un joven
que conduce
a la puerta
del programa
de los doce pasos
El muchacho
es adicto
De cada diez
uno no
recae:
La
impotencia de sus labios
por mi
sangre
fluye
ELLA CUIDÓ DE MÍ
No estarás más en esa cámara oscura y húmeda
que habías convertido en celda
No veré más tu camisón
ni tus piernas tendidas tras la puerta
ni tus pasos al levantarte escucharé
No estará más tu voz en la cocina
llamándome bajo resguardo
de trastes y sartenes
junto al horno que jamás se usó
Y aunque también entre los pucheros anda Dios
solías no gastar el tiempo en nimiedades
El ambiente ha quedado limpio
de tu presencia
Ahora reina el vacío
como una eterna ama de casa
como la madre que jamás volvió
LAUDE
Por el
dorado venablo del arcángel
Dios
penetraba
limpiándote
de toda mancha
Abrasaba tus
huesos
convirtiéndolos
en polvo
Y su fuego
barría las células
Buscabas el
agua que bendijo
la sed de
Elías
mientras se
le negaba
El pabilo
que alumbrara su larga noche
camino del
Carmelo
Y abajo de la piel
había vino y pan
Y te
elevabas
deshecha
coronada de
Gracia
PÁNICO
Plumas de nieve giran y giran
en el aire de Valladolid
y sus calles de piedra
y su plaza y sus muros
siguen marcados
Que la nieve los limpie
que la blancura arranque suplicios
que perdone torturas y flamas
que se renueven sus espíritus
Yo que antes vi
avivarse el fuego
como la misma lascivia
como ascua me desprendo
suspendida
entre este mundo y el otro:
Como luna floté
la noche del convivio
sin que dejara de arder
el cautiverio
Las cabezas caen ruedan
si hay dudas del origen
Y no se regresa igual
si cuatro días
te ausentas
llevada por la muerte:
Volví entumecida
hollado el paladar
perdida el habla
vaciado mi alfabeto
Paso no podía dar
ni en la vida cabía:
Verán de coserme piel al hueso
de calentarme el ánima
labrarme un sol a cuestas
para subir
un halo protector
que desentuma
Habré de construir habitaciones al castillo
una escalera
una oración al vuelo
que la voz resuene aurada en sus matices:
Aérea rézate Teresa
porque has perdido todo
y el cielo exige
siete estancias para morar
LAUDE
Del color
del viento
del aire que
erosiona los muros
De cómo transparentan
los matices
de piedras y
arenales
el verde
sedoso del olivo
bajo el rayo
a lo largo
del día
Tersa
crucificada:
Así miré tu
sangre
la canción
de tu sangre
Consunción
oscuro
follaje
que mana el
agua viva
YO POR LO GENERAL NO ME HAGO CASO
Yo por lo general no me hago caso
Eclipso las celebraciones
cuando la esfera debía
irradiar las ataduras las
bisagras el vidrio del reloj
la aldaba sin ser tocada
y las visitas que no llegan
El día se aleja
los truenos vienen de la gruta
donde el cielo
oscurecido
entre baños púrpuras
se cierra
Todo se apaga
ladran perros y siguen
al zumbido veloz
y más dentro las cortinas
el flujo repentino del viento
el latido del sagrario
Señales en lo alto
más allá de la cúpula
más allá del vitral
para apagar la incertidumbre
Y la verdura que habías puesto a cocer
para hacer el puchero
agota su caldo pasándose de hervor
Después de las 2:00
el jueves 24 en el Real Antiguo
otro ámbito penetró la cocina donde me hallaba
y era un fugitivo San Agustín
haciendo girar la noción del tiempo
con su gallo de veleta
en el tejado del estío
por donde Ella surgirá
transparente en la hojarasca
de una flotante rotación de rosas
sobre un monte nevado
Invisible el sustento
que impulsa a Teresa
a llenar el instante que se vacía:
Abre la acequia y riega el campo
para que germinen
trémulas recién nacidas apenas descubiertas
Exhala entre flamas
y su poder realza
batiendo entre las rosas
el aire estremecido
Y yo que en general no me hago caso
me detuve
a escuchar
la fuente
con su aroma de huérfana
me dejé penetrar
porque vino crisálida
vino la metamorfosis
en tiempos de persecución
cuando llevamos en cajitas o en lienzos
sus reliquias
y las depositamos en altares hechizos
Que pase desapercibido
si las hordas golpean
Yo en general no me hago caso
hasta que apareció de madrugada
y sus manos tan suaves
como recién nacida
como leche con miel
como harina recién amasada
Su hábito
sus densas cejas negras
su himno
Ella
rota en su realeza el aire lo
estremece
reordena las corrientes
logra mudar caminos
disloca tiempos y hace girar las rosas
las eleva hasta engarzar el cielo
Y yo que generalmente no me hago caso
pensando en las visitas que no llegan
en la aldaba que jamás sonó
me detuve
a escuchar
el rostro reflejado
Me metí entre sus piedras
el agua en las rodillas
de la Santa
y su aroma de huérfana
ANTES DE CAER
Devora núcleos de mi cabeza
como la metanfetamina
como el cristal
y va haciendo más grande el agujero
Tampoco sé si me quiero a mí misma
o prefiero la muerte
Me hubiera golpeado la cabeza contra el árbol
hasta quedar fuera de mí
me hubiera atravesado en el tráfico
o me hubiera aventado del puente
Nunca me corté pero me arañaba
hasta el punto de sacarme sangre
o encerrada en el baño
me apretaba el cuello
hasta no respirar
sólo quería
desmaterializarme
y tener a
alguien que me desapareciera
La culpa va sorbiendo
si no la borras de tajo:
Ella tan fiel y tan pegada
tan tú cuando te admiras al espejo
tan subrepticia
sin que la percibas
termina reflejándose
LAUDE
De la fuerza
de las corrientes moviéndose bajo la faz del abismo
de la
estrella que iluminaba las profundidades
cuando el
Espíritu se detuvo
e hizo
brillar el Paraíso
De la voz de
las profundidades que salía de boca de la estrella
cuando el
Espíritu
cuando la
estrella
cuando la
voz
siendo Uno
siendo el
Paraíso
transfiguró
mi peso
muerto
en Vida
Minerva Margarita Villarreal |
(Montemorelos, Nuevo León, México, 1957). Es autora, entre otros libros, de Pérdida (1992), Premio Nacional Alfonso
Reyes 1990; El corazón más secreto
(1996), Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines 1994; Tálamo (2011), Premio de Poesía del Certamen Internacional de
Literatura Sor Juana Inés de la Cruz 2010, publicado en 2013 por Ediciones
Hiperión; De amor y furia. Epigramísticos
(2015); y Las maneras del agua (2016),
que obtuvo recientemente el Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes 2016. Es Miembro Artístico del Sistema
Nacional de Creadores de Arte. En 2013 recibió el Honor Prize de Naji Naaman’s Literary
Prizes, de Líbano. Ha
realizado antologías de poesía como: Elogio
de la fugacidad. Antología poética 1958-2009 (2010), de José Emilio
Pacheco, con motivo del Premio Miguel de Cervantes 2009; Gabriel Zaid: Apartado M 8534 (2014); y Sobrevida. Antología poética (2015), de Ida Vitale, con motivo del
Premio Internacional Alfonso Reyes 2014. En
la Universidad Autónoma de Nuevo León es profesora e investigadora en la Facultad de Filosofía y
Letras y titular de la Capilla Alfonsina Biblioteca Universitaria, donde dirige
la colección de poesía internacional traducida al español El Oro de los Tigres.
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