Por José Manuel Recillas
(poeta mexicano)
Si todo ver no es ver más que lo abierto en medio
(poeta mexicano)
Si todo ver no es ver más que lo abierto en medio
del silencio y sus designios, y sólo
puede el hombre
ver el dolo, el rudo espacio en que
la bestia habita
mirando al mundo en libre plenitud,
más libre
que la trampa en nuestros ojos,
más ciervo que la servidumbre humana,
como si un niño desde el fondo viese
aquello que no está
en nosotros, mudo, sin nada que lo
nombre o lo aprisione,
sin formas o palabras concebidas,
mirando sin mirar
el mundo humano, abierto y sin
fronteras transitorias,
sin nadie que lo obligue a contemplar
el mundo de las formas en que habita,
sin ver siquiera el rostro de la
muerte,
eso que a diario vemos sin mirar,
porque jamás tenemos el espacio
inmaculado frente a nuestros ojos,
aquél donde una vez siempre hubo
flores,
ajenas a este estar por sobre muros,
senderos construidos para el ruido y
no para el sencillo
estar del mundo, lo ilimitado, ajeno
a las fronteras,
presente sin estar perpetuamente, no
custodiado
más que por lo puro, un respirar de
todo
y no tener deseo de tener, pues hubo
un tiempo
en que posible era perderse solo,
enmudecido en el silencio vivo de
algo que late en uno,
conmovido, como un vacío inmenso que
nos abre,
de par en par, un sitio que no está,
inexistente para nuestro mundo,
hecho de un avanzar hacia la muerte,
inamovible en su callar vecino,
mirándonos de frente,
como deben mirar los que no saben de
la muerte
que, estando tan cercanos a ella,
lo son absolutamente todo en ella
y sólo pueden ver el infinito,
la presa o al depredador hambriento,
no son sólo mirada inaccesible,
son la mirada y el asombro fiero,
la entrega de quien ama el todo en
otro
y al borde de un abismo se
entregasen,
como si un nuevo territorio
en ellos estuviese naciendo entre lo
abierto
de ese novísimo nacer sin nombre…
¡Como siempre, un bellísimo poema, poeta amigo José Manuel!
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