Yo no sé qué tiene el agua
de tu casa, que me sabe
a puro vino de agave.
≈
Qué bonitas verdolagas
las que en un charco
miré.
Aunque me hagas lo que
me hagas
para siempre te querré.
≈
Un dolor cuando es de amor
ni duele tanto, deveras,
se le encuentra encantador
de mil extrañas maneras,
me lo dijo un ruiseñor
que sabe de esas fronteras.
≈
Pareciera que soy esto que soy,
pero soy otra cosa. Soy la rosa
y el zenzontle que vide esta mañana.
Soy la lluvia que cae en la ventana
y el limón que madura despacito.
Soy la música que hay en todo grito
y el rumor en que acaba toda ola.
Soy el ánima en Yáñez, ay, tan sola,
soy el ánima en llamas que hacia el cielo
dirige la mirada esperanzada,
y bien pensado vengo siendo nada,
una nada feliz que canta y canta
sabiendo que la vida que se acaba
es la vida que empieza, recobrada.
Ricardo Yáñez |
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