Por Abril Medina
(poeta mexicana)
(poeta mexicana)
Quiero meterme en la matriz
cabeza entre
las piernas
desconcebirme
en un acto de memoria
desengendrarme
a lo invertido del instinto
más cercano
de los círculos que al animal
dentro de mi
cuerpo
queda mucho
espacio para el cuerpo y
quiero
alojarme
como a un
hijo
como un
cáncer en posición fetal
no he sido
nada
y desde el
primer escape alguien supo
como sé
ahora
que no seré
que no he
sido nada
más me
valdría no haber salido de aquella bolsa
como un
centavo caído a la arena.
animal de la
guarda
quise ser tu
ventana al interior de un coche y tanta fiebre bajo los jeans
un tablero
de juego al final de las piernas cerradas
muy cerradas
entre el pecho y la espalda izquierda
concebir un
explosivo dentro del silencio
bestia de
cabecera en cualquier hotel
quise ser tu
ruina
un pedazo de
carne sin cuerpo
la sutileza
es una forma de mentir
o eyacular
sin riesgo
tender un
beso más agudo que sabio de la mano al pecho a la mano y eso era la distancia
quise ser tu
rápido sin conciencia con aullido
tu sobre
nada de cualquier modo
ficción de
viaje
tu inquilino
en quiebra
o rompe
huelgas
otro
digestivo luego del amor
eso dicen de
las trampas
qué dices
tú?
Tengo un árbol vacío en el pecho
dificultad
somática ante el placer
una sombría
repelencia al éxito
venas ajadas
como pieza de museo
llevo una
madre que se confunde conmigo
y le llamo
suerte
marzo
accidente
para que se
quede lo más tierna posible.
Algo me dice que la vocación fue una
menguante
pero
terrible
he ganado a
las vencidas con tres de tus ojos
para que
reste solo nuestra vergüenza de miopes
luego
entreabro el cierre que puertas
y miento
mi inteligencia
no es un perro de pelea
Fui dejando que se colara el aire
un respiro a la
vez
por los pezones
entre el ojo y su
cuenca
hasta llenar el
cuerpo de vuelo
como un ave de
pecho vacío
hasta emprender
la ausencia
que a sí misma se
contiene.
1
No hace muchos vinos
usted se acordará
pudo ver mi corazón incubando
famélico y prematuro
luchando por crecer exacto a la oquedad del pecho
llenarlo y bastarse
sostener la tensión prolija y facturar a cuenta de mi recreación
pero esa última
caliente caridad
pero esa onza de leche intrauterina…
tengo unas tetas siniestras
que enfermarán
un hígado fuerte como el cemento que también
es siniestro
y enfermará
agredido por la senda ausencia
soltará a su suerte a mi
progenie
confiando en la hermandad retórica del enemigo
en el canto yerto de sus armas agonizantes.
2
bajo esta tierna cólera de poeta con sordina
apareces ya de cruz al alfabeto de la noche
simbiótica y elíptica
se acuna entonces
mi asaltado cardio a mamar de una línea
cuanta ebriedad el abuso
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