Me he mirado en espejos de
bruma y desesperanza
mi amada miraba con ojos ciegos
el paso del tiempo animal encenegado
Un épico lunes de escolares abrumados
anhelantes por volver a las calles
desbocarse como caballos
correr a campo traviesa
El último viento de
primavera
acaricia los rostros
ardientes mujeres esperan
ser amadas por hombres distintos
a sus
destruidos maridos
Deberían violarse algunos juramentos
incumplirse otros tantos onerosos compromisos
¿He de mirarme en el cristalino
ojo del
desierto,
beberé de su agua saludable
bajo la sombra danzante de las palmeras?
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