Londres al cubo
Because I
barely scratched the surface.
Porque tus cabellos revueltos por el viento del Norte
se enredan con fantasmas ancestrales
tallados en la piedra solemne y repujados en los bronces.
Porque tus calles fanfarronean con luces mortecinas
de los pubs en los inviernos lóbregos
donde se come y se bebe desde siglos atrás.
Porque tus intestinos están repletos de gente
que conmuta como hormigas en trenes atiborrados,
que arrastran ausencia
y nostalgia de sol.
Porque en tus callejones se escucha un vestigio de botas
que pisa sobre la ternura
abandonada, la duda y la traición.
Cómo llamarte entonces ciudad del medievo,
decimonónica
o ciudad de rascacielos de vidrio y acero
si en tus iglesias yacen enterrados
los poetas desalmados
que escribieron las mejores líneas de la historia
dejándonos boquiabiertos
y sin nada qué escribir
y en tus barrios vivieron los exploradores,
los científicos, los músicos.
Cómo decirte al oído
palabras de paloma acurrucada
si por tu mitad pasa partiéndote en dos,
el caudal portentoso de un río
que feroz arrastra consigo el viento y las olas
como un vientre herido, abierto a
cuchillo.
Porque en el inframundo de tus sótanos
Winston Churchill peleó una guerra 24X7 X365X5
contra el mal,
contra la plaga de sargazos
que nos hundía en el lodo.
Dime cómo y por qué acariciar tu umbrosidad real
si en tres palacios hay reliquias
y en las reliquias hay palacios,
taj-mahals de culpas e injusticias.
Cómo tocar tu grandeza
si en los parques hay gotas de
sangre
de niños obreros
y en las columnas de mármol
rastros de asesinos brillantes
que desaparecieron sin dejar huella.
Tierra de hechiceros, pordioseros y reyes.
Eso eres.
Porque eres una isla dentro de otra isla.
Y el faro que guía hacia tu corazón:
es el obelisco de Cleopatra en el muelle.
Grito dentro de un grito ahogado en el puente de ti.
De Londres, por no repetir tu nombre en vano.
Diez años no me alcanzaron para abarcarte.
Pero sí para amar cada una de tus piedras malditas
siempre húmedas, siempre penando.
Y lo vuelvo a repetir
porque te encuentro en mis días y en las noches de mis sueños
donde no termino de recorrerte,
de peinarte, de traducirte,
de hablarte en la lengua de los poetas muertos.
Mil años
Aún me
cuesta trabajo
dejar el
departamento vacío
de Minami
Magome, en Tokio.
La acción
se prolonga interminable en el vacío.
En el
espacio de mi corazón
hay una
estancia sin muebles
que
solloza.
Un arreglo
floral de bienvenida.
La ilusión
de mil años que se quedaron tirados
en un piso
polvoriento.
Notas
delicadas tocadas en un piano que nunca existió,
acompañadas
de un violín que entonaba como un ángel:
melodía de
libélulas alborotadas.
Mil años
de crisantemos bordados en oro.
Qué
difícil dejar el Hotel Imperial.
Último
reducto de una historia de amor.
Tokio y su
recuerdo, duelen,
y la vida
entre kanjis arde nostálgica
sobre una
llamarada de juventud en toda su gloria.
Tanta
impotencia por no saber leer.
Lánguida
lucha por la lengua.
El bosón
de Higgs es una realidad.
Ha sido
descubierto y confirmado
y asegura
que el tiempo simultáneo existe:
o sea, que
puedo ser hoy la que fui
y seguir
siendo la que seré.
Paradoja
del tiempo cruzado:
mis
piernas jóvenes caminan por el subterráneo
y aún sin
conocerte, te recuerdo.
Te amo y
no te amo.
Te deseo y
te aborrezco
porque
dejaste una huella que aún no se marca.
Fui de
carne y hueso en Akitsu Shima.
Le recé a
Kannon sama en un santuario en Kamakura
y diez mil
samurái cruzaron mi llanura estéril
llevando
suntuosos regalos
y castigos
innombrables.
Hoy,
adentro de mi corazón,
los
cerezos florecen inmutables
en un
instante que es presente continuo
y en mi
memoria se construye un acuario de olores
que hace
de mis ojos: peces
que nadan
en las aguas del tiempo:
yo dejando
una habitación vacía que no conozco
porque la
viví en la memoria de un país
en el que
moraré
mil años.
Plomo
Afuera rumia
el viento
y un
enorme árbol de hojas redondas
murmura recuerdos
largo
tiempo mitigados.
Cuando era
niña
vivía en
perpetuo temor.
La
violencia podía estallar
en el instante
menos pensado.
Había una voz, colérica, masculina
y se alzaba mancillando,
insultando,
empequeñeciéndonos.
Vertiendo
palabras líquidas,
ardientes,
de plomo fundido
que
inundaban el corazón.
Kyra Galván |
Bien dice el maese Alejandro Jodorowsky:
ResponderEliminar--Amasar los tiempos en un solo pan.
Gracias a Laberinto 734.
Desde Querétaro con fino amor generacional, viernes 14-VII-2017.
Feliz día de cumple con los tuyos y con tus letras... estimada y querida Kyra Galvan. Fraternalmente. Qro. Qro., 14-VII-2017. --Amasar todos los tiempos, benditos y terribles, en este fugaz instante... Bien decía Octavio: El presente es perpetuo... hasta que se lo lleva la chingada. Amén. Gracias.
Plomo... ay...