por Cosme Álvarez
cartel oficial de © Netflix |
La más reciente versión cinematográfica de Pedro Páramo quizá debió llamarse Fulgor Sedano. El actor Hector Kotsifakis construye un personaje oscuro, potente, complejo, mucho más interesan-te que el propio Pedro Páramo, al grado de que Fulgor Sedano se convierte en la figura mejor lo-grada de la película. El Piporro nunca había tenido un mejor heredero en el cine nacional.
También debo señalar la gran actuación de Noe Hernandez, quien representa espléndidamente la figura no menos oscura y esencial de Abundio Martínez. Susana San Juan no es la Susana del libro, pero Ilse Salas crea un personaje etéreo, hasta cierto punto fantasmal, que le queda bien a la San Juan de la película. Son meritorias las actuaciones de Roberto Gonzalo Sosa (padre Rentería) y Giovanna Zacarías (Dorotea).
La historia de Juan Preciado está mal contada y mal resuelta, el problema no es la actuación de Tenoch Huerta sino el guion, la pobreza y rapidez con que el guion pierde la voz del narrador y vuelve ambigua la propia historia de Preciado.
La película va a arruinar la lectura del libro a más de uno. De las versiones existentes, la de 2024 es la única que (casi) comete el error de revelar el secreto central de la novela de Juan Rulfo. El cine no es literatura, y todo intento de adaptación está destinado al fracaso. Rodrigo Prieto conoce el lenguaje del fotograma, pero no el poder de la palabra. Espero que tras este nuevo descalabro ya dejen en paz el libro.
Coyoacán, 9 de noviembre de 2024