por Jorge Valdés Díaz-Vélez
(poeta mexicano)
CAP D´AGDEPara llegar pronto a Cap d´Agdehay que cruzar el cementerio.Son diez minutos a buen paso,sin detenerse a descifrarlos nombres propios o las fechasdel laberinto de epitafios:lápidas rotas, profanadasalas de ángeles custodiosfrente al salitre de las criptas.No es un trayecto que resultepesado cuesta arriba, o se hagaen absoluta soledad.Están los pájaros, el cantode los cipreses. Y el enigmade un alfabeto gris, tatuadoen cada punta del camino.Hay que pagar peaje a la entrada,pocas monedas que permitanabrir la puerta de salida.La que conduce al mar, no éstaque lleva sólo hacia el principio.
NEGRO SOL
–et mon luth constellé
Porte le soleil noir de la Mélancolie.
Gérard de NervalNadie nos dijo que seríafácil andar sobre esta tierra,que los senderos a la muerteson un atajo hacia su cúspide,o que el dolor del alma hierelas soledades que nos restan.No hubo advertencia en los antiguosnombres de la melancolía.No eran presagio: «bilis negra»,«tristeza sin raíces», «duelofrente a una pérdida intangible».Pesa la tarde en el sentidode su cancelación. El nuestronos lo ha enseñado un sol más duroy hemos tenido que aprendera caminar con él a cuestas.
CRUZ DEL SURArden las hojas del otoñoen la humedad crepuscularde Buenos Aires. Contra un parquedividido por tres colinas,la opacidad de su bellezabusca en follajes la miradaque acompañó la luz. Las lámparasdoradas guardan sus memoriasy encienden sombras en el césped.Al atardecer se disponenel horizonte de cortezasy el suave tacto de los ojospara construirse otra estanciacon los pájaros. En silenciosubes las calles y regresasal canto de la noche. Quedaentre tus labios el murmulloque al abandono pronunciaste,la rozadura de palabrasdejadas en la soledadde un cuarto cálido, ya oscuro.Áspera en su constelación,la Cruz del Sur abre sus puntasmientras aguardo tu llegadaporque no eres tú quien ha vueltoa resplandecer junto al eco,sino tus huellas hondas, tenuesfragmentos de un espejo en llamasque te observó al entrar a ciegasen las membranas del deseo.
TE QUEDASTEReluciente, con la miradapuesta en los altos idealesde una primera juventud,en el anuario, al fondo, atrásde la Enciclopedia Británicay los cuadernos con poemasde amor oscuro que enmohecenjunto a medallas y trofeos,al final de la estanteríatocando el cielo raso, alláentre las páginas dobladaspor las esquinas de tu nombre,encima de los soldaditosde plomo, sobre un álbum dondetímidas manos recortaronlos perfiles de tu nobleza,debajo del polvo, debajodel agua inmóvil de los atlasdonde jamás habrás de hallarme.
NADIE
Para Piedad Bonett
Volví a Ítaca, a sus médanosde bruma evanescente, al solque la traspasa y a las callesque mi memoria soñó hermosas.Degusté el sexo de los higos,la pulpa de un dátil, el cálidoresplandecer de la aceituna.Fui un extranjero entre los míos.Nadie advirtió que tras la máscaratallada por la espuma, ibayo, el heroico (ese mendigosin sombra que salió una nochede lágrimas al mar) Ulises,el pródigo en historias vueltodel más allá de su leyenda.Antes que el alba, regreséa la costa y enfilé al sur.No reconoceré los muellesa donde vaya mi deliro.Sólo sabré que estuve en Ítacapara reinar sobre mi espectro.
PARQUE MÉXICOUn dulce olor a primaveraentró al crepúsculo sin sombras.Cuerpos de joven insolenciavan abrazados a otros cuerposdebajo de las jacarandas.Han empezado a florecerantes de tiempo. Morirántambién sus pétalos muy pronto,memoria en ruinas del veranosu sangre aún por reinventarse.Pero hoy me muestran su bellezacon certidumbre, la esperanzadel resplandor violáceo y tenuede su fugacidad perpetua.Se adelantó la primavera.Llegó de súbito su aromacomo la luna entre las ramasy este dolor al fin del día.
URBAN BLUESNo es la impureza de las callesni la mañana en que agonizas.No es la ciudad lo que te mata.La del amor que se corrompeen las fachadas de neón,la que violenta los latidosdel aire intoxicado. Noes el horror que tu silenciotrató de alzar en sus escombros.No son sus plazas ni sus muroso el puñal de la lluvia. Nadatiene que ver con el desgastede tus pasos. No es la ciudadni el estertor de sus columnasclavadas en el agua secay excluida del mar, la últimapiedra de tus incertidumbres.La evocación de su artificiohabita otro lugar. No es ellala que te ve salir con vidani la que habrá de arrebatártelaun día más, un año menos.La de la falda de serpientessabrá de ti cuando te duermas,te ha de ignorar cuando despiertes,cuando retornes, cuando partasel aire indócil de tu espectro.Tras de las máscaras del díate muestra en vano su inocencia.La de la rabia soterrada,la del presente sin ahora,la que fundó un imperio en otro,con qué fragmentos de cual témpano,de qué ficción o pesadilla.No es tu ciudad la que tú creesque aprieta el nudo corredizo,o hunde el metal por donde pasasajeno a su esplendor, ausentede ti, muriéndote de vida.
VIERNESLas plegarias desencadenanel duro golpe del redoble.Lastran en su dolor la imagende la miseria y la piedad.Suben eslabones y lámparasvotivas. El incienso empujala palidez turbia del airehasta llegar al campanario.El Cristo de madera, en hombrosalzado, entre la multitudtrasciende un año más, ocurrepor la saeta y la esperanzaal Callejón de los Milagros.Vibra la piel de los tamboresen el pecho. Dios por testigo,sentencia uno, y continúapesadamente; asciende, siguela procesión hacia la Nada.
PURPLE RAIN
entre piadosos,remotos murmullos de tormenta
Rubén Bonifaz Nuño
Para Ana Istarú
Fuera de sí, de todo cuantoexiste, acaso inadvertidapor la lluvia, toma su copacon brusquedad y habla con alguienpor el móvil sin que le importeque la vean llorar. Agitael húmedo cabello, cierray abre las manos en su sombrapara escuchar al que no estácon ella. Le tiemblan los labiosy el corazón tal vez le tiembleal sollozar, cuando la vozdel otro lado la maldiceo le reclama, o quizá lloratambién, pidiéndole perdón;o suspire y caiga en silenciolejos de aquí, desde el vacíode algún solar inhabitadobajo la piel fugaz del trueno.
Jorge Valdés Díaz Vélez © Archivo |
Una gran satisfacción leer esta bella selección de poemas del gran poeta mexicano , sensible, sencillo y elocuente. Muy merecidos!
ResponderEliminarExquisita poesía, brota de su sensibilidad subyugadora.
ResponderEliminarGracias por escribir con belleza.
Brillante. Uno de los mejores poetas latinoamericanos. Gracias por esta significativa muestra de su obra
ResponderEliminarMaravillosos poemas
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