Por Óscar Cortés Tapia
(escritor mexicano)
(escritor mexicano)
ELEGÍA A LA
DUEÑA DE LA
BUENA SAZÓN
I
A ti, Sofía
hija mayor de Gabriel Tapia y Luisa Nava
nieta de un patriarca de manto raído
católica desde las primeras rodillas
la de los ojos gemelos de la mejor sonrisa
la generosa como canasta abundante
a ti, madre
vienen las jacarandas y palmeras del sur
se levantan en puntas para asomarse a la ventana
quieren verte
desearte que mejores pronto
quieren arrancarte el ramaje plástico que te ata a la cama
(¡ay, la trescientos veintisiete!)
desprenderte del compacto bosque de savias funestas
y de los aparatos que ocultan cualquier esperanza
mínima
incierta
última
A ti vienen, pobrecillas
con lágrimas que no puedes ver
como hermanas de piloncillo
(que no tuviste)
como tías de mimoso percal
(que tampoco tuviste)
y te ruegan
te exigen
¡Levántate, Sofía!
¡Levántate del sueño químico!
¡Escapa de la estatua de cera
que respira con pulmones ilusorios!
¡La estatua que usurpa tu nombre y tu figura!
¡La que te hunde en una quietud indigna!
Vienen a impedir que un parpadeo
devore tu sonrisa abrazadora, tu voz balsámica
Vienen, Sofía
vienen, madre
a encender un alto fuego
en contra del olvido
Hospital de los Venados, 10
de marzo de 2013
Padre Nuestro
que estás en los cielos
mira a Sofía, tu hija
que padeció durante ochenta
y ocho años
los golpes del puño
envilecido
los escupitajos al corazón
Mírala
No resucitó al tercer día
en una mujer libre,
desobediente
en una mujer de voz bien
plantada y decisiones propias
Mírala
y no santifiques su
martirio
la camuflada ausencia del
padre
el insultante mezcal de la
madre
el amor fraudulento de las
hermanas
el porrazo y la sobada de la
vida conyugal
Acaricia su frente de seda
antigua
su cabello delgado, muy
delgado
como jilote que se extravió en alguna parte
y no la llames a tu reino
todavía
Que no se cumpla tu voluntad,
Padre
Déjala aquí con nosotros
para que la peinen
para que le arreglen las
uñas
para llevarla a un
restaurante de cinco estrellas
para que sus pies maltratados
reciban el masaje de las olas de Cancún
Padre Nuestro
que estás en nuestras manos
como un breve sol encerrado
danos a tu hija, la
agonizante
dánosla como un pan de
alegría
como un pan multiplicable
y perdona sus ofensas
pocas, tan pocas ofensas de
hormiguita cocinera
de abejita simple
de florecita de rincón
y no nos dejes renegar de
estas horas
Líbrala, Señor
del choque cardiogénico
de la fibrilación auricular
del desequilibrio ácido
de la lesión renal
Líbrala, Señor
si es tu voluntad
hasta de este grande,
grandísimo amor
Y dale la paz
Hospital de los Venados, 11
de marzo de 2013
Levántate, Sofía
levántate de ese cadáver que
nos miente
que pretende hacernos creer
que eres tú
hundida en el sueño de los
muertos
Levántate
levántate de la estatua de
cera que ya no respira
que ya no abre los ojos
que ya no sonríe
Levántate como un consuelo
Levántate, madre
Levántate, cocinera
magnífica
que la cebolla te espera
que te aguardan el orégano y
las hierbas de olor
la canela, los chiles y el
maíz
Te reclama el fogón
a ti, oficiante de los
mejores sabores
Te exige el apetito
a ti, artífice de los
deleites
Levántate, levántate
Si no para nosotros
entonces hazlo para Dios
que te llama a su cocina
celestial
Levántate
Que los santos quieren
deleitarse con tus guisos
Con el pozole que cocías con
paciencia y una pizca de misterio
Con tu asado de res
que hermanaba el aroma del
tomillo y la fuerza de la canela
Con tus romeros en mole
de secretos pascuales y luto
delicioso
Levántate, Sofía
Chofita nuestra
que Dios dispone que enseñes
a cocinar
a los mismísimos ángeles
Hospital de los Venados, 12
de marzo de 2013
II
Hemos llegado
Una promesa debe cumplirse
En ceniza
en memoria
en imagen .jpg
Hemos llegado
Lo prometí a tu silencio
tan mío
Lo exigió mi palabra
tan tuya
H e m o s
ll
e
g
a
d
o
Este es tu mar / Este
era tu
mar
Desdichada gramática
¿En qué tiempo se conjuga
abrigarse con el espejismo de la raíz amada?
Admitir de tajo la ausencia
¿tendrá un copretérito
que
no desconsuele?
Este será tu
mar S I E M P R E
Quede tu frente / Queden tus ojos / Y tus pestañas
Queden tus labios / Quede tu lengua / Quede tu oreja
Queden sin dueña / En aguas calmas / Queden en paz
Cancún, 26 de junio de 2013
JACARANDA
No habrá manos que detengan el hachazo invisible
Nada impedirá que sea un cadáver sin retorno
astillas en galope hacia la amnesia
Cuando los moradores hayan vuelto a casa
al fingido bronce del mediodía doméstico
sus ojos, golpeados por el vacío que ahora subraya al cielo
se esparcirán por el patio como polvareda de preguntas
mudas
inútiles
(No habrá comidas gozosas
No habrá secretos que mondar bajo la fronda
El columpio no acompasará las tardes)
Entre las ramas caídas
los deudos de la jacaranda encontrarán una certeza brutal
esa que durante años disfrazaron
con
un sereno adverbio de tiempo
Óscar Cortés Tapia |
Un sereno adverbio de tiempo... ¡Bellisimo poema!
ResponderEliminarDos momntos de gran intensidad lirica en la dueña de la buena sazon. Notable!!
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