jueves, 1 de diciembre de 2016

Dos poemas

Por Óscar Cortés Tapia
(escritor mexicano)




ELEGÍA  A  LA  DUEÑA  DE  LA  BUENA  SAZÓN

I
A ti, Sofía
hija mayor de Gabriel Tapia y Luisa Nava
nieta de un patriarca de manto raído
católica desde las primeras rodillas
la de los ojos gemelos de la mejor sonrisa
la generosa como canasta abundante
a ti, madre
vienen las jacarandas y palmeras del sur
se levantan en puntas para asomarse a la ventana
quieren verte
desearte que mejores pronto
quieren arrancarte el ramaje plástico que te ata a la cama
(¡ay, la trescientos veintisiete!)
desprenderte del compacto bosque de savias funestas
y de los aparatos que ocultan cualquier esperanza
mínima
incierta
última
A ti vienen, pobrecillas
con lágrimas que no puedes ver
como hermanas de piloncillo
(que no tuviste)
como tías de mimoso percal
(que tampoco tuviste)
y te ruegan
te exigen
¡Levántate, Sofía!
¡Levántate del sueño químico!
¡Escapa de la estatua de cera
que respira con pulmones ilusorios!
¡La estatua que usurpa tu nombre y tu figura!
¡La que te hunde en una quietud indigna!
Vienen a impedir que un parpadeo
devore tu sonrisa abrazadora, tu voz balsámica
Vienen, Sofía
vienen, madre
a encender un alto fuego
en contra del olvido

Hospital de los Venados, 10 de marzo de 2013


Padre Nuestro
que estás en los cielos
mira a Sofía, tu hija
que padeció durante ochenta y ocho años
los golpes del puño envilecido
los escupitajos al corazón
Mírala
No resucitó al tercer día
en una mujer libre, desobediente
en una mujer de voz bien plantada y decisiones propias
Mírala
y no santifiques su martirio  
la camuflada ausencia del padre
el insultante mezcal de la madre
el amor fraudulento de las hermanas
el porrazo y la sobada de la vida conyugal
Acaricia su frente de seda antigua
su cabello delgado, muy delgado
como jilote que          se extravió en alguna parte
y no la llames a tu reino
todavía

Que no se cumpla tu voluntad, Padre
Déjala aquí con nosotros
para que la peinen
para que le arreglen las uñas
para llevarla a un restaurante de cinco estrellas
para que sus pies maltratados reciban el masaje de las olas de Cancún

Padre Nuestro
que estás en nuestras manos
como un breve sol encerrado
danos a tu hija, la agonizante
dánosla como un pan de alegría
como un pan multiplicable
y perdona sus ofensas
pocas, tan pocas ofensas de hormiguita cocinera
de abejita simple
de florecita de rincón
y no nos dejes renegar de estas horas

Líbrala, Señor
del choque cardiogénico
de la fibrilación auricular
del desequilibrio ácido
de la lesión renal  

Líbrala, Señor
si es tu voluntad
hasta de este grande, grandísimo amor
Y dale la paz

Hospital de los Venados, 11 de marzo de 2013


Levántate, Sofía
levántate de ese cadáver que nos miente
que pretende hacernos creer que eres tú
hundida en el sueño de los muertos
Levántate
levántate de la estatua de cera que ya no respira
que ya no abre los ojos
que ya no sonríe
Levántate como un consuelo
Levántate, madre
Levántate, cocinera magnífica
que la cebolla te espera
que te aguardan el orégano y las hierbas de olor
la canela, los chiles y el maíz
Te reclama el fogón
a ti, oficiante de los mejores sabores
Te exige el apetito
a ti, artífice de los deleites

Levántate, levántate
Si no para nosotros
entonces hazlo para Dios
que te llama a su cocina celestial
Levántate
Que los santos quieren deleitarse con tus guisos
Con el pozole que cocías con paciencia y una pizca de misterio
Con tu asado de res
que hermanaba el aroma del tomillo y la fuerza de la canela
Con tus romeros en mole
de secretos pascuales y luto delicioso

Levántate, Sofía
Chofita nuestra
que Dios dispone que enseñes a cocinar
a los mismísimos ángeles

Hospital de los Venados, 12 de marzo de 2013

II
Hemos llegado
Una promesa debe cumplirse
En ceniza
                           en memoria
                                                  en imagen .jpg

Hemos llegado

Lo prometí a tu silencio
                                                  tan mío
Lo exigió mi palabra
                                                  tan tuya
H e m o s
                          ll
                              e
                                  g
                                     a
                                         d
                                             o

Este   es    tu mar         /         Este   era   tu mar

Desdichada gramática

¿En qué tiempo se conjuga
                                                         abrigarse con el espejismo de la raíz amada?
Admitir de tajo la ausencia
                                                     ¿tendrá un copretérito
                                                                                                  que no desconsuele?

Este    será   tu  mar              S I E M P R E

Quede tu frente / Queden tus ojos / Y tus pestañas
Queden tus labios / Quede tu lengua / Quede tu oreja
Queden sin dueña / En aguas calmas / Queden en paz

Cancún, 26 de junio de 2013


JACARANDA

No habrá manos que detengan el hachazo invisible
Nada impedirá que sea un cadáver sin retorno
astillas en galope hacia la amnesia

Cuando los moradores hayan vuelto a casa
al fingido bronce del mediodía doméstico
sus ojos, golpeados por el vacío que ahora subraya al cielo
se esparcirán por el patio como polvareda de preguntas
                                                                                             mudas
                                                                                                            inútiles

(No habrá comidas gozosas
No habrá secretos que mondar bajo la fronda
El columpio no acompasará las tardes)

Entre las ramas caídas
los deudos de la jacaranda encontrarán una certeza brutal
esa que durante años disfrazaron
                                                             con un sereno adverbio de tiempo

Óscar Cortés Tapia


2 comentarios:

  1. Un sereno adverbio de tiempo... ¡Bellisimo poema!

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  2. Dos momntos de gran intensidad lirica en la dueña de la buena sazon. Notable!!

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Cosme Álvarez

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