ALLÍ DONDE ANIDARON LAS PENAS
¿qué viste de mí?
¿Miraste la animita de mis brazos?
Había un pozo con agua en uno de los
costados
para que bebieran los visitantes.
Tú que eres el único que ha venido a verme
después del triunfo
deberías quedarte conmigo a celebrar con
agua este
fracaso.
Fracasamos los que triunfamos, es verdad.
No hay equidad en el torrente
de nuestros sueños comunes.
Ya ves, yo quería una iglesia
para adorar mis intenciones sociales,
ahora yazgo en un reducto de la fe.
Soy una ciudadana muerta
que está viva en el futuro del país.
Mis velas estaban apagadas
hasta que llegaste tú
a escuchar mi opinión sobre los hechos
y a considerar que el viento soplará mis
velas
apenas decidas encenderlas.
¿Eres militante de mí?
Te pido mil disculpas por la soledad.
YO SOY LA QUE PROBABLEMENTE LANZARON AL MAR
envuelta en una bolsa de oro,
sin embargo, estoy viva en el desierto de
todos.
Tengo la vitalidad de los nacidos en los
cielos;
mis brazos, mis ojos, son una bandera,
estoy enterrada en el agua,
mis peregrinos son los peces del desierto.
No tengo nombre, no me llamo.
HE SIDO CONDECORADA POR ESTAR AQUÍ
clavada en el desierto.
Los que han venido a visitarme
le han hablado a su fe y a su esperanza
con el mismo dolor con que han amado
a sus padres y luego a sus hijos
y sin embargo, yo que he muerto
para tu amor,
veo caer una estrella
cada vez que vuelvo a nacer.
Ella soy.
Poemas
tomados del libro Ultimo poema, Mago
editores, 2016.
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